4/2/2021 0 Comentarios Ritmo y silencioLentamente se superponen las dos respiraciones en la semi penumbra, Profundamente entra el aire y con la misma placidez lo deja, y en el intermedio de una, se escucha la otra, con una cadencia más breve, pero igualmente abandonada al descanso. Con una tenue luz que se filtra por un costado de la habitación, es posible intuir la construcción de de universos increíbles, recuerdos felices y pacíficas imágenes, todas resumidas en la pequeña sonrisa que esboza al darse la vuelta. En apenas cuatro años, ha descubierto la fórmula para que nada pueda ser perturbado y ha logrado que el mundo sea nuevamente armónico. Sus pequeños pies, cansados de correr y saltar innumerables horas en un largo día, se estiran y acarician a su compañero de cama. Desde la adustez que le permite haber llegado a la mitad de su vida, con gustos que no pueden ser cuestionados ni desatendidos, retoza en la caricia y profundiza su respiración. Con flexibilidad imposible de emular en otra especie,
Y el compás intercalado de los cuatro años humanos y los siete felinos, continua mientras cada uno disfruta la tranquilidad del silencio, del calor y la noción de que nada puede perturbar ese momento. Desde tal abandono, el mundo externo y sus presiones son insensatas, pues nunca lograrán ser importantes como la sencilla felicidad. de estirar el pie y acariciar un gato que a su vez se solaza en la caricia. Viene una vuelta más y unas palabras que no se entienden, pero que dejan la certeza de que hay un diálogo distante. en ese etéreo mundo. Un diálogo que termina con una sonrisa más y que es respondido con una pata que se estira para abrazar con delicadeza ese pie.
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1/10/2015 0 Comentarios Yoga![]() Silencio. Oscuridad. Silencio y oscuridad. De repente una gota, salada, cálida, que comienza a recorrer por la frente hasta alcanzar el puente de la nariz. Desde allí se deslizará rápidamente hasta caer sobre la alfombra azul, marcándola en un tono más oscuro. Otra gota hace el mismo recorrido, y tras ella otra, y así, muchas. Cada una erosiona la concentración, distrae del silencio, hace vacilar la profunda oscuridad garantizada por los párpados cerrados. Peor cuando aquellas gotitas hacen su camino a la comisura de los labios, o logran entrar por una pequeña rendija a los ojos, provocando ardor. Y sin embargo el ejercicio principal es la permanencia y la ausencia, a pesar del deseo de estar, y aliviar la tensión que ha crecido en los músculos, al cabo de breves respiraciones en una posición incomoda, difícil, y sin embargo, natural. Como recordar algo que no se hacía hace mucho tiempo. Pero mientras todo esto ha sucedido, la desconexión ha terminado. Y se debe iniciar otra vez, con una profunda respiración. Como la vida, como la muerte. |
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Noviembre 2023
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