21/11/2020 0 Comentarios Dos entrevistasCuanta fuerza tiene una conversación. No importa el formato ni el entorno en que se da, sino lo que se dice, la forma cómo aquello alimenta la humana búsqueda por comprender el mundo que vivimos. En ocasiones excepcionales, importa quién lo dice - aunque la contemporaneidad sostenga lo contrario - porque quienes lo hacen revelan un complejo universo en el que es posible vislumbrar las amplísimas posibilidades que existen para seres que son capaces de transformar lo que se tendía a asumir como hecho dado y definitivo. Dos comprensiones distintas del mundo convulso en el que convivieron, dos estéticas opuestas y su obra como tributo a lo que se presumiría como excluyente entre si: razón y pasión. Hannah Arendt y Maria Callas se oponen en todo lo que es posible pensar, no obstante, juntarlas remite a considerar todas las opciones del ser humano, a sus más sutiles búsquedas, y los más severos mecanismos, mediante los cuales, constantemente, buscamos la trascendencia.
Por una parte, Arendt es precisa, aclara términos y debate la polémica en torno a su obra, pero al mismo tiempo, y entre el inagotable humo de su cigarrillo, ríe y cuestiona al entrevistador, a la academia y a la misma sociedad por su incapacidad para hacer y hacerse preguntas sobre lo que se tiende a dar por sentado y definitivo. Y sobre todo, devuelve a quien la ve la cuestión de la insondable preocupación por cómo sucedió aquello que nunca debía suceder. El holocausto no es solo fruto de un régimen perverso, sino también de una sociedad que no hace nada por detenerlo. E intercala la entrevista con sus reflexiones sobre la tragedia griega y la poesía, y su sonrisa revela el gusto por el arte… pero inmediatamente la expresión se torna severa, pues el mundo sobre el que habla es, justamente, el de la tragedia, aquel en que todo se trastocó, y luego retorno a funcionar "normalmente" con suma brevedad. Y ante ello denota su frustración por sentirse distante a tal proceso, y aclara: distante, no indiferente.
Por otra, Callas hace justicia a su apodo, La Divina, y desde la elegancia de su presencia, y del escenario en que sucede la entrevista, discute los personajes de la opera, sus características morales, y la manera cómo la mitología - especialmente la griega - construye arquetipos, guías para relatar la tragedia humana. Allí añade su rol y percepción sobre cada obra y las anécdotas - triviales quizás - de su trabajo. Pero al mismo tiempo entra a discutir la compleja relación del individuo consigo mismo, la disconformidad con su voz, con su puesta en escena, y en el fondo, tras los ojos ensoñadores, con la razón de su ser, marcado sobre todo por la soledad; es el único momento en que suspira y confronta a su entrevistador con medida agresividad: "¿tu no estas también solo, a veces?" Afortunadamente no es necesario escoger. Razón y pasión conviven desde los albores de la humanidad.
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Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo. Jaime Sabines es para mi el mas dulce poeta que he leído. Directo, de unas descripciones simples y sinceras, que enamoran. Decir más es iluso, innecesario, o los dos.
28/7/2015 0 Comentarios TheloniusMe reencontré con su música por esas “no – casualidades” que a uno le ocurren. No hay mucho que decir, solo hay que escucharlo (y deslumbrarse…naturalmente). Aquí, además, acompañado por Dizzy. La fuerza y sutileza combinadas, la precisión del ritmo y la libertad con que tocan son sorprendentes, irreales.
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Noviembre 2023
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