26/10/2020 2 Comentarios Realidad (?) P.4La sociedad![]() Para cerrar. Entonces, la premisa propuesta en las entradas anteriores - como consecuencia de "The social dilemma" - es que las redes sociales, ubicuas y sinónimo de la contemporaneidad, abren una ventana "indiscreta" a nuestras vidas. Esa información es utilizada para vender una determinada noción de "realidad" de la que se aprovechan quienes pueden pagar por ella. Por otra parte, lo privado cada vez lo es menos, y el costo del aislamiento tiende a ser elevado, ya sea en lo simbólico (no reconocer símbolos, personajes o expresiones que hacen a la cotidianidad) o en lo efectivo (perdida de oportunidades de negocios, reconocimiento o información). Se debe considerar que romper completamente con el entorno virtual supondría la ruptura con la norma; la sociología, el derecho o la ciencia política, siempre han descrito múltiples mecanismos destinados a evitar la disidencia y retornar al individuo a la norma. Cuando tal ruptura con la norma involucra grupos de personas, tales mecanismos generalmente no han sido sutiles o amistosos. Con la segunda década del siglo XXI marcada por la pandemia, además, las redes sociales se convierten rápidamente en el mecanismo de cercanía para una sociedad distanciada a la fuerza, temerosa y dubitativa sobre lo que espera fuera de los confines del sitio en que cada uno afronta la larga cuarentena. El irreflexivo uso de las redes se vuelve más pronunciado en estas condiciones, que ya fueron descritas en el documental. Una sucesión de clics que alimenta los sesgos particulares y que finalmente permite pintar el mundo que deseamos ver: todo es malo, todo es bueno, la cura existe, todo es una conspiración, el fin de los tiempos, etc. Con el transcurso del tiempo, con la multiplicación de los clics, esa realidad "personalizada", anula la línea divisoria ente verdades o mentiras, para dar surgimiento a los "hechos alternativos". Entonces, los elementos comunes, necesarios para la subsistencia de la sociedad, se tornan borrosos y endebles, se conforman clivajes sociales sobre temas que probablemente no son centrales para una localidad, y, finalmente se establecen mecanismos de reconocimiento/exclusión social basados en concepciones que desde otra perspectiva podrían parecer ridículas (ej: terraplanistas, anti - vacuna, conspirativos, vs. cientificistas que podrían no comprender completamente los hechos). Este contexto deja dos dudas: ¿qué es efectivamente "la sociedad"?, y, ¿tiene sentido su existencia? Para la primera, es fácil encontrar toneladas de teoría, explicaciones y debates de todo calibre, que procuran aprehender al informe grupo de individuos que se acoge a reglas (o desarrolla las suyas propias) para garantizarse supervivencia y la posibilidad de la reproducción de esas condiciones para el futuro. En principio, todos los que no la denostan activamente - incluso a través de acciones terroristas - serían parte de "la sociedad". Naturalmente el continente tendrá una serie de subconjuntos originados por las líneas de ruptura que las atraviesa (religiosas, políticas, étnicas, de género, etc.) y tradicionalmente la lucha fue por la incorporación a los sistemas de protección estatales de aquellos que habían estado excluidos: la expansión de la sociedad a través del otorgamiento de derechos. Bajo las premisas planteadas "la sociedad" deja de ser uniforme y pasa a tener una infinidad de matices, de excluidos y de demandas de incorporación en función de expectativas que podrían no haber tenido relevancia pocas décadas atrás. En la actualidad, cualquier demanda puede crear una suerte de "burbuja" digital que proveerá una plataforma para alimentar el discurso de la inclusión…lo que quiera que este implique. En EE.UU. por ejemplo, el mismo tipo de discurso ha sido utilizado por extremos ideológicamente antagónicos; las redes han dado vigencia, voz y capacidad de movilización e impacto sobre audiencias más amplias y menos críticas. Al final del día, tal traslado de poder permite únicamente tensionar los extremos de visiones antagónicas. Pero claro, estos son hechos y no necesariamente una respuesta, pues aparentemente las categorías, dimensiones y concepciones construidas hasta aquí tendrán que cambiar sustancialmente para contar con herramientas que faciliten la comprensión de aquello a lo que enfrentamos actualmente. La segunda es más dura. La sociedad no podría dejar de existir, pero sus límites y naturaleza se transforman en algo más. Cada vez esta menos constreñida por límites geográficos y su nueva delimitación se da por la cercanía de las visiones del mundo que puedan tener sus miembros, independientemente de dónde estén. Esas visiones podrían estar construidas por algoritmos, lo que devuelve a una de las preguntas iniciales, ¿qué es la realidad?
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13/10/2020 1 Comentario Realidad (?) p.3La democracia
Esta cita remite a un problema recurrente en la discusión sobre la naturaleza de la democracia: tiene fallas que por momentos son insalvables. Y sin embargo, parecería no existir alternativa a ella. ¿Qué otro sistema permitiría transformar demandas en decisiones, garantizando la participación de quienes sufrirán o gozaran de las consecuencias de las mismas? La ciencia política ha desarrollado miles de páginas sobre el problema de la participación y cómo ampliarla, y el del accountability y cómo lograrlo. La perspectiva de Churchill parecería irrebatible, pues no existe otra forma de gobierno que garantice que los individuos se expresen de alguna manera para la conformación de un gobierno. Existe un problema, no obstante, y es que los individuos son influenciables. El ciudadano promedio esta cercado por presiones existenciales que poco tienen que ver con la selección del "mejor" representante, quien además, suele ser distante y sus decisiones generalmente se muestran abstractas y no necesariamente se logra atarlas al bienestar cotidiano. Existen problemas con la democracia, ese es el punto, pero en el siglo XXI se suma que la inmersión en las redes sociales hacen del votante promedio un sujeto feble ante un poder ante el cual carece de posibilidad de control o de presión. The Social Dilemma (2020) reitera lo que ya había planteado The Great Hack (2019), profundizando la premisa de cómo la manipulación de la información personal permite a las empresas tras las redes sociales incidir sobre las preferencias electorales. La manera cómo los algoritmos visibilizan u ocultan noticias, alimentan las preferencias y los miedos personales, favorece la construcción de una visión particular y excluyente del mundo. Conectar aquello con un candidato específico solo (es un "solo" muy grande) es cuestión de contar con el dinero necesario para sesgar las preferencias de la audiencia hacia la manera "ideal" con la que el candidato X se vincula con la temática que los preocupa mayoritariamente. Y así, la realidad mostrada en estos documentales muestra la manera en que las redes tienen un efecto amplificador sobre las preferencias electorales y a partir de ello decantar en resultados electorales atados a la capacidad para manipular la realidad. Y desde allí solo entra en juego lo que en 1976 escribió Jorge Luis Borges en el prólogo de La Moneda de Hierro, "…descreo de la democracia, ese curioso abuso de la estadística". |
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Noviembre 2023
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